Estamos en el inicio del año escolar para la mayoría de colegios en Colombia. Esta época, muchas veces, conlleva estrés y preocupaciones para las familias de los niños y niñas con discapacidad. Un nuevo curso, un nuevo colegio, comienza el bachillerato, una nueva profesora, todo puede pasar.
Con frecuencia, colegios y profesores, se niegan a poner a los estudiantes en el centro de sus actividades, se niegan a ajustar sus métodos, los contenidos o la evaluación en función de las necesidades de sus estudiantes y, entre ellos, de las necesidades de los estudiantes con discapacidad. Afortunadamente, el Plan Individual de Ajustes y Apoyos Razonables (PIAR) es una herramienta de planeación docente que es obligatoria en colegios públicos y privados y permite la materialización de la educación inclusiva a través de la identificación y prestación de los apoyos pedagógicos y los ajustes razonables.
Las familias no pueden quedarse sentadas esperando que los maestros identifiquen las necesidades de sus hijos, que elaboren el PIAR, que los llamen a participar y todo fluya de forma maravillosa. Lastimosamente, así no funciona. Todo lo contrario, la educación inclusiva requiere de la participación activa y el liderazgo de las familias. En esta nota les contamos 7 razones por las que las familias deben exigir el PIAR para sus hijos con discapacidad y participar de su elaboración.
Razón 1. El PIAR es un documento individual para cada estudiante con discapacidad. Como cada estudiante con discapacidad requiere de apoyos pedagógicos y ajustes razonables individuales, algunos requieren mayores apoyos, otros apoyos mínimos, el PIAR es una oportunidad para poner al estudiante en el centro, para que el profesor se pregunte, qué necesita cada estudiante. Los colegios no pueden adoptar el mismo PIAR para todos los estudiantes con discapacidad, como si fuera un documento que se copia y se pega para todos los estudiantes que lo necesitan. Todo lo contrario, el PIAR es una herramienta de planeación que le exige al docente de aula conocer a su hijo y planear teniendo en cuenta sus necesidades; por eso debe exigirlo.
DescLAB pone a disposición de las familias un Formato de derecho de petición para exigir al colegio y al rector la elaboración de un PIAR para su hijo/a con discapacidad. Descárguelo aquí y revíselo con cuidado antes de usarlo.
Razón 2. El PIAR exige a los profesores conocer las necesidades de sus estudiantes y a brindar los apoyos pedagógicos y ajustes razonables que requieran. El PIAR es un documento que contiene los apoyos pedagógicos y los ajustes razonables que debe adoptar el docente de aula para con los estudiantes con discapacidad, y los obliga a prestarlos. Los ajustes razonables son las adaptaciones, estrategias, recursos, modificaciones, y apoyos necesarios y adecuados del sistema educativo que permiten a los estudiantes con discapacidad se desempeñen con autonomía y en condiciones de igualdad en el entorno educativo.
El PIAR es una oportunidad para la innovación docente, permite a los maestros ser mejores cada día y brindar un servicio de mayor calidad. Exige que el docente sea reflexivo y crítico con su quehacer cotidiano, que interactúe con sus estudiantes en la cotidianidad del salón de clases, los conozca y planee para ellos. ¿Eso implica más tiempo y más trabajo? Sí. Pero es que ese es el trabajo de un buen maestro y el derecho que tienen los estudiantes; por eso debe exigirlo.
DescLAB le cuenta qué es la valoración pedagógica y le da unas claves a las familias y a los maestros para superar el diagnóstico médico.
Razón 3. En la elaboración del PIAR debe participar la familia. El PIAR no puede ser una imposición del colegio o del docente de aula, tampoco puede ser un documento oculto que la familia no conoce. Todo lo contrario, en la elaboración del mismo la familia debe ser involucrada por el docente de aula.
Las familias deben entender qué es el PIAR y para qué sirve, pero también deben compartir el conocimiento que tienen sobre sus hijos con el maestro, indicar qué les ha funcionado, qué han intentado y ha fracasado, compartir cómo son sus hijos, qué los motiva, etc. Ahora, no significa esto que la familia tenga la verdad revelada, el docente de aula debe escucharlos y tenerlos en cuenta, pero también debe hacer su trabajo, proponer cosas nuevas, tener altas expectativas, ser un maestro de tiempo completo. El PIAR es una oportunidad para fortalecer la relación del docente con la familia y con la red de apoyo del estudiante.
Razón 4. El PIAR no es un favor ni un privilegio, es un derecho. Exigir el PIAR no implica pedirle un favor ni un privilegio al colegio. El PIAR es una herramienta que facilita la identificación y prestación de apoyos pedagógicos y ajustes razonables, que son los que materializan el derecho a la educación inclusiva. Las normas de nuestro país exigen que los colegios, sin importar que sean públicos o privados, presten un servicio a la educación que sea inclusiva y están obligados a implementar los PIAR.
Negar el PIAR implica vulnerar el derecho a la educación inclusiva de los estudiantes con discapacidad e, inclusive, puede ser una forma de discriminación. Acá le contamos qué hacer si le niegan el PIAR para su hijo/a con discapacidad.
Razón 5. La falta de recursos o la falta de preparación no es una excusa para no realizar el PIAR. Esta es una excusa frecuente, y a veces es cierta, pero nunca justifica que un estudiante con discapacidad no tenga un PIAR. Todo lo contrario: hacer el PIAR es siempre una oportunidad de aprendizaje y de mejora, especialmente cuando es la primera vez del maestro o del colegio. Se aprende a hacer el PIAR, haciéndolo; y se aprende a incluir, incluyendo.
Es a través de la elaboración del PIAR que los colegios y los maestros logran conocer a los estudiantes, identificar sus necesidades, brindar los apoyos y ajustes en el salón de clases, pero también, identificar los apoyos que deben brindarse a nivel del colegio, los retos en la evaluación y en las políticas institucionales. Por eso hay que exigirlo, para que se tomen en serio a su hijo o hija con discapacidad.
Razón 6. El PIAR debe solicitarse al inicio del año escolar, sea para hacerlo por primera vez o para actualizarlo. La familia debe exigirlo desde el primer día, debe participar activamente y cuando esté listo debe conocerlo, tener una copia y suscribir el acta de acuerdo. Pero no basta quedarse ahí, hay que monitorear permanente que se esté implementado, que efectivamente el maestro esté brindando los ajustes razonables que se requieren. Si el PIAR se hace y se guarda no sirve para nada, el PIAR es un documento que debe estar vivo, debe aplicarse diariamente y revisarse periódicamente.
Razón 7. El PIAR no depende del diagnóstico médico. Con frecuencia, colegios y maestros saben que los estudiantes requieren apoyos pedagógicos y ajustes razonables, pero como excusan dicen que sin un diagnóstico médico preciso no pueden hacer el PIAR. Nada más alejado de la realidad. A veces es posible tener el diagnóstico, otras veces no. Sea porque es difícil conseguir las citas, o porque, con frecuencia, los médicos tampoco saben qué tiene con exactitud. Así que no le pueden decir que no le hacen el PIAR sin el diagnóstico médico, los maestros deben hacer la valoración pedagógica y, mientras la familia consigue el diagnóstico, se deben prestar los apoyos pedagógicos y los ajustes razonables.
El PIAR es una de las herramientas más efectivas para garantizar el derecho a la educación inclusiva de los estudiantes con discapacidad. No solo busca garantizar la prestación de apoyos pedagógicos y ajustes razonables, sino que es de obligatorio cumplimiento para los colegios públicos y privados, debe realizarse a tiempo, y permite la participación de las familias. No debemos quedarnos con los brazos cruzados a la hora de exigirlo para la adecuada integración de nuestros hijos. ¡Familias, manos a la obra!