Una conversación difícil, la mayoría de veces, es una conversación importante.
Sabemos que hablar sobre las decisiones en el fin de la vida es complejo, sobre todo, cuando nos sentamos en la mesa del comedor con nuestras hijas, abuelos, papá o mamá. La muerte y lo que planeamos para ese momento no es un tema agradable para muchos y, lastimosamente, en muchas familias, la conversación que imaginamos termina siendo una discusión trágica. Otras veces no ponemos el tema sobre la mesa del comedor porque creemos que tenemos suficiente tiempo, hasta que es demasiado tarde.
En #TomaElControl conocemos también casos en los que la conversación ni siquiera tuvo lugar por el miedo a la reacción: ¿Qué dirá mi hermana? ¿Qué pensará mi papá? ¿Cómo hablo con mi abuela de eutanasia? ¿Será que creerán que enloquecí?
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Aunque cada situación es diferente y no hay una fórmula correcta para hablar del tema, en esta nota de blog le contamos 7 pistas que nos sirvieron a nosotras antes de tener esta conversación:
Pista 1. Pregúntese: ¿qué quiere lograr con esta conversación?
Es diferente una conversación en la que se quiere compartir con alguien las decisiones sobre el fin de la vida a una conversación para reflexionar sobre la muerte y el derecho a morir dignamente.
Algunas persona ya tomaron una decisión concreta sobre la eutanasia y, así mismo, ya tomaron decisiones referentes al cuidado de su salud, el patrimonio, el funeral. Algunas personas quieren saber qué piensa un familiar o amigo sobre el tema. Y otras ni siquiera saben qué pensar y de eso quieren hablar.
Entonces, ¿cuál es el propósito de hablar con alguien?
Reflexione qué quiere lograr con esta conversación: se trata de construir una opinión, conocer las preferencias de la otra persona o compartir lo que ya está decidido. Evite imponer sus propias ideas y decisiones, escuche atentamente.
Pista 2. Identifique con quién quiere tener esta conversación
Si ya sabe qué es lo que quiere lograr con esa conversación, decida con quién quiere hablar del tema. Para esto sea estratégico.
Sabemos que para algunos temas es más fácil hablar con ciertas personas por diferentes motivos: el género, la edad, las creencias, la trayectoria de vida o el tipo de relación que tenemos con ellas. Reflexione con quién hablar primero para comenzar a tocar el tema en su círculo familiar o social.
A partir de esa elección, comience a planear el tono y el enfoque de la conversación.
Haga click aquí para leer "Hablar de eutanasia y muerte con mi familia: 4 pistas para tocar el tema en la mesa del comedor".
Pista 3. Analice si debe ser una conversación entre dos personas o con más personas
No todas las personas se sienten cómodas hablando de este tema, dependerá de su personalidad, del momento de vida en que se encuentre, de la relación de confianza, entre muchos factores.
En algunos casos tener una conversación grupal puede funcionar, entre padres e hijos, hermanas, tíos o amigas. Al ser muchas personas, la conversación puede ser relajada y quienes participan pueden escuchar lo que dicen los demás y hacerse preguntas que quizás nunca se habían planteado.
En otros casos la conversación debe ser entre dos personas. Esto puede generar un ambiente de seguridad y privacidad. Analice qué conviene más para su caso concreto y esté abierto a cambiar de estrategia si es necesario.
Pista 4. Infórmese sobre el derecho a morir dignamente
Tener información veraz es clave para no caer en mitos, mentiras y prejuicios. En #TomaElControl tenemos varios artículos para informarse sobre el derecho a morir dignamente en Colombia y conocer cuáles son sus derechos.
En especial le recomendamos conocer qué es un Documento de Voluntad Anticipada (click aquí) y qué opciones tiene para morir dignamente en Colombia (click aquí). Puede compartirle los links a esas personas para que también pueda leer lo que usted ya conoce.
Haga click aquí para leer "La eutanasia en Colombia sí es legal: 5 mitos sobre el derecho a morir dignamente".
Pista 5. Escriba las ideas que considere importantes mencionar durante la conversación.
Para muchas personas conversar es una tarea difícil, más aún cuando se trata de este tema. Por eso, vale la pena apuntar en un papel o en el celular puntos importantes para mencionar antes de que la mente se ponga en blanco.
Para esto le recomendamos revisar experiencias cercanas sobre enfermedad y muerte. Qué persona conoce que haya tenido una enfermedad grave, qué ocurrió en el final de la vida de un familiar o amigo cercano, qué ha notado de esos momentos que usted no quiera repetir. Esa sería también una manera de empezar la conversación.
También escriba preguntas que quiera resolver. Aunque cada persona evaluará qué necesita para su conversación. Aquí van algunas ideas:
¿Quién quieres que te cuide si te enfermas?
¿Cómo imaginas el final de tu vida?
¿Qué pasaría si te dan un diagnóstico terminal?
¿Qué piensas de lo que pasó con la enfermedad de una u otra persona?
¿Qué quieres que haga si quedas en coma?
¿Qué opinas sobre la eutanasia?
¿Qué ayuda quisieras en caso de que no pudieras comunicarte?
Pista 6. Encuentre un momento "apropiado"
Como lo explicamos en otra nota de blog, no hay un momento perfecto para hablar sobre la muerte, pero sí existen unos más apropiados que otros. Abordar a una persona que tuvo un día estresante o está pasando por una situación compleja no es el mejor escenario. Tampoco es una gran idea conversar sobre esto con una decena de personas en la misma mesa.
No se necesita un gran momento, puede ser en un almuerzo, cuando se esté tomando un café una tarde. Lo ideal es buscar un espacio tranquilo donde la conversación pueda fluir sin contratiempos. Busque un momento en que las otras personas estén abiertas a escuchar y compartir. Y, sobre todo, un día en el que usted se sienta emocionalmente fuerte y preparado para escuchar lo que otros tienen para decir.
Pista 7. Prepárese para otro resultado.
A pesar de que existe un propósito para conversar, la conversación NO será un fracaso si ese propósito no se logra. No se mentalice a un resultado específico y tome lo que le sirve de esa charla.
Cada persona tiene una relación diferente con la muerte y con la forma de morir. No todas las personas van a entender sus decisiones y no todas le ayudarán a hacer valer su voluntad. Esto no ocurre solamente con el derecho a morir dignamente; también ocurre en muchos otros aspectos de nuestra vida personal y profesional.
Más adelante se dará cuenta que a partir de estas conversaciones, usted encontrará aliados que le ayudarán y escuchará opiniones muy diferentes que le cuestionarán. Todas esas reflexiones -seguramente- van a sumar para tomar mejores decisiones sobre el fin de la vida.
En otros casos la primera conversación puede servir de detonante, quizás a partir de eso las personas se lo van a pensar y luego podrán volver y profundizar. Esta conversación es siempre estará abierta e inacabada.
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