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Foto del escritorCamila Jaramillo Salazar

2020: el año para pensar en el fin de la vida

Actualizado: 20 dic 2020




La verdad estoy cansada de que las personas digan que el mundo va a cambiar después del COVID-19. La verdad es que hoy solo hay preguntas que nadie sabe responder: ¿cómo se originó el virus?, ¿cuánto durará el aislamiento?, ¿cuándo estaremos todos vacunados?, ¿qué pasará con la economía?, ¿qué será de EE.UU y China?, ¿seremos más sostenibles?, ¿tendremos una revelación espiritual después de esto? No sabemos nada. N-A-D-A. Acepto que la situación durante este año me generó angustia y ansiedad. Esta incertidumbre logré conectarla con un tema que me apasiona desde hace unos años: la eutanasia y el derecho a morir dignamente.


Más allá del resultado de esta experiencia y si nos hará mejores personas o no, la única certeza que tenemos es que vamos a morir. Qué importante recordar eso de vez en cuando.


Pensar en el fin de la vida es un acto de responsabilidad con la vida misma. La muerte, en la mayoría de casos, no es un instante. Por el contrario, son días, meses o años de diagnósticos y dolores que no todos estamos dispuestos a vivir. El problema es que solo nos vemos obligados a pensar en este escenario cuando estamos realmente enfermos. No es necesario esperar para tomar decisiones.


Por eso he vuelto a pensar: ¿qué valoro de estar viva?


Valoro tomar decisiones sobre mi cuerpo. Valoro la independencia y autonomía con la que tomo decisiones. Valoro que no me duele nada. Valoro poder bañarme, vestirme, entrar al baño, comer y moverme sin la ayuda de nadie. Valoro no tener que estar en un hospital. Valoro tener cierta seguridad sobre el estado de mi salud para poder hacer planes. Valoro despertarme todos los días y poder hablar con la gente que quiero y expresar lo que pienso. Valoro vivir una vida sin sufrimiento físico y psicológico.


2020 es un gran año para pensar en el fin de la vida. No solo porque como humanidad nos vemos enfrentados al hecho de que la vida tiene fin, sino porque la mayoría seguimos sanos para hacerlo. Hoy estoy sana y por eso estoy en el mejor momento para pensar en la muerte. Puedo hacerlo con claridad, sin la presión de un diagnóstico y con la posibilidad de hablarlo con los que me rodean. Lo que valoro de mi vida permanece, sin embargo, existe la posibilidad de que llegue alguna enfermedad terminal que me haga sentir dolor.


No creo que la vida sea deseable en todos los casos. No creo que haya que seguir viviendo por otros ni que otros tengan que hacerlo por uno. Y la verdad es que no me gusta sufrir. En mi caso, la eutanasia es una opción viable para el día en que tenga una enfermedad dolorosa. Que si ejerceré mi derecho a la eutanasia: no sé. Que si quiero tener la opción de poder hacerlo: totalmente.


Les invito a que piensen qué valoran de estar vivos y si es una posibilidad para ustedes diligenciar y firmar este Documento de Voluntad Anticipada (DVA) que DescLAB ha diseñado para tiempos de Coronavirus.


Entra a #TomaElControl de DescLAB y consulta toda la información sobre el derecho a morir dignamente en Colombia para tomar decisiones anticipadas. Reflexionar y hablar en la mesa del comedor sobre el DVA para Coronavirus (SARS-CoV-2/COVID-19) es un primer paso para pensar en cómo imaginamos el fin de la vida.

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