Una de las escenas que más me ha generado escozor desde que esta pandemia comenzó fue la relatada en el capítulo “It´s Like a War” (Es como una guerra) del podcast The Daily de The New York Times. El periodista entrevistó al doctor Fabiano Di Marco, el líder de la unidad respiratoria de un hospital en Bérgamo, una ciudad cercana a Milán (Italia). Para marzo ya estaba todo colapsado en el norte de Italia: miles de muertos, ni una sola cama o ventilador, turnos de trabajo de casi 24 horas, familiares sin poder visitar a quienes estaban hospitalizados, médicos en depresión. De ahí el nombre del capítulo.
En un momento cuenta el entrevistado que les había pasado varias veces que fallecían tantos pacientes en un solo día que no se daban cuenta en qué momento llegaba la muerte. Las personas se estaban muriendo solas. Y cuando los familiares llamaban, los médicos no sabían qué reportar. Algunas veces decían que todo andaba bien aunque el paciente ya estaba muerto y, en otros casos, no tenían claro cuándo se había muerto.
La vida es siempre finita.
Desde que empezó esta pandemia es evidente que el contexto es diferente tanto en la vida de cada colombiano como en el sistema de salud de nuestro país. Las personas se están dando cuenta de que pueden morir por el virus u otra razón. Por eso, este es un buen momento para pensar en el fin de la vida y hablarlo en la mesa del comedor con los que más queremos. En todo caso, darnos cuenta de que la vida es finita y de que podemos morir, ha sido un hecho que nos confronta a pesar de haber estado relacionados con la muerte de tantas maneras como sociedad.
Por otro lado, el sistema de salud colombiano siempre ha estado a punto de colapsar. Lo anterior significa que no tendremos suficientes camas, respiradores, medicamentos y personal que atienda a todas las personas que estarán hospitalizadas y que requerirán de Unidades de Cuidado Intensivo (UCI). En el peor de los casos, esto implicará que 一con todo el conocimiento y la ética一 el médico de turno deberá decidir quién obtendrá los tratamientos y quién no.
Desde hace un par de años en la estrategia #TomaElControl de DescLAB existe un Documento de Voluntad Anticipada (DVA). Este formato fue diseñado para que cualquier persona, sin importar si padece o no una enfermedad terminal, pueda manifestar su consentimiento y voluntad sobre cómo quiere que sea el fin de su vida para el momento en que no se pueda comunicar. La intención desde #TomaElControl de DescLAB ha sido siempre que las personas piensen en el final de la vida y tomen decisiones anticipadas sin importar el estado de salud ni la edad. No importa si esto implica finalmente no querer acceder a la eutanasia activa o cambiar de opinión conforme pasan los años.
El DVA para Coronavirus (SARS-CoV-2/COVID-19) es una segunda oportunidad para repensar qué queremos, específicamente, si la infección por el virus empeora y requerimos algún tratamiento. Porque es una realidad que muchos morirán solos en un hospital como ocurrió en Bérgamo. Un día una persona entrará a un hospital y no saldrá. Y esto no es algo que todos quieren para el fin de su vida. Y está bien no quererlo.
Es natural tener dudas sobre suscribir y firmar este documento y las implicaciones que tendría en nuestra vida.
Por diversos factores, el razonamiento entre cada individuo varía: cuántos años tengo, qué enfermedades padezco o he padecido, cómo está mi cuerpo, cómo está compuesta mi familia, qué es digno para mí, qué opinan mis seres queridos sobre esta decisión, en fin. No obstante, al revisar el DVA para Coronavirus (SARS-CoV-2/COVID-19), las principales preguntas que debe hacerse una persona en caso de contraer el virus son:
¿Quiero estar hospitalizado o quiero un tratamiento en casa?
¿Quiero estar hospitalizado en la Unidad de Cuidados Intensivos?
¿Quiero ventilación mecánica?
¿Quiero reanimación cardiopulmonar?
Entra a #TomaElControl de DescLAB y consulta toda la información sobre el derecho a morir dignamente en Colombia para tomar decisiones anticipadas. Reflexionar y hablar en la mesa del comedor sobre el DVA para Coronavirus (SARS-CoV-2/COVID-19) es un primer paso para pensar cómo imaginamos el fin de la vida.
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